
“Si una oruga no cambia, nunca llegará a convertirse en una bella mariposa”, es un
ejemplo trillado, pero que no pasará de moda. Hay frases vintage que siempre tendrán vigencia como la famosa de Heráclito, “lo único constante es el cambio”.
La pandemia ha venido a ser un ejemplo palpable de la facilidad del ser humano de adaptarse a los cambios.
A principios del 2020 el mundo prácticamente se paralizó y las compañías que ya estaban adoptando el trabajo remoto y empresas que estaban cambiando su modelo presencial a reuniones virtuales son las que más fácilmente adoptaron el cambio, pero las que no estaban preparadas o tenían resistencia a cambiar, en más corto que mediano plazo, tuvieron que aceptar que debían acelerar su adaptación, pero bien es sabido que algunos no pudieron acoplarse y esto lamentablemente vino a socavar muchos negocios.
Las crisis no preguntan y pueden convertirse en oportunidades o en verdugos. Por eso decía mi abuelita que “en tiempos de crisis, unos lloran y otros hacen pañuelos”.
Esta crisis COVID-19 vino a acelerar un proceso que era inminente. Comprar por medio de APPs o de redes sociales nunca fue tan cotidiano; leer las noticias en la web con información actualizada es parte de nuestro día a día, y así de fácil, la comunicación viene a posicionarse en un primer lugar.
Se necesita de comunicación y sus herramientas, llámese APPs, Teams, Zoom, correos electrónicos, comunicados, reuniones (aunquesea de lejitos) TV, WhatsApp, Facebook, y 100 etcéteras más, para:
· poder conectarnos y seguir trabajando
· mantener al tanto a los colaboradores las disposiciones de las compañías
· comprar comida, medicina y artículos a domicilio
· reunirnos virtualmente con nuestra familia y amigos
· estar al tanto de el acontecer en el país y en el mundo
· tener data real de la cantidad de contagios o semáforos por nuestro sector
· etc, etc, etc, etc…
La crisis tenía que ser gestionada y nos teníamos que adoptar al cambio inmediatamente y para eso necesitábamos a nuestro aliado número uno, “la comunicación”.
No es entonces casualidad que en las empresas, los departamentos de comunicación - que siempre habían estado sentadas en la segunda fila - ahora estén en los primeros lugares e incluso sean quienes llevan la conversación.
La agenda estratégica de las organizaciones ha volteado a ver y le ha pedido de manera muy sutil a la comunicación que por favor pase adelante y lleve dicha agenda; entonces no es coincidencia que hace 10 años se percibía que el área de Comunicación influía aproximadamente en un 20% en el éxito de la compañía y ahora sea valuada con más del 80%.
Pareciera ser, que la crisis está pasando, pareciera, pero este modus vivendi vino para quedarse; además, no sabemos que pueda pasar en los venideros meses o años y las empresas deben estar cada día más preparadas para reaccionar inmediatamente ante cualquier vicisitud; por lo termino dejándole una pregunta a manera de reflexión para su empresa, organización o corporación … ¿cómo está su área de Comunicación Interna?
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